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viernes, 9 de octubre de 2015

La orgía de los picotazos

Alguien voló sobre el nido del cuco, de Ken Kesey. Este es el libro que tengo que leer para la próxima reunión literaria del club.
La orgía de los picotazos, pasaje del libro que me ha gustado especialmente, describe con una pequeña analogía, lo que el ser humano, en determinadas circunstancias puede llegar a hacer.


 "El gallinero descubre una mancha de sangre en el plumaje de algún pollo y todos se lanzan a picotearlo, comprende, hasta que dejan al pobre pollo convertido en un montón de huesos, plumas y sangre. Pero lo normal es que con el barullo se manchen otros pollos y entonces les toca a ellos. Y otros se manchan a su vez y son picoteados hasta morir, y así sucesivamente. Oh, una orgía de picotazos puede diezmar a todo un gallinero en cuestión de horas, amigo".


Alguien voló sobre el nido del cuco, de Milos Forman.


El asunto que trata aquí es cómo interpreta McMurphy las sesiones conjuntas de terapia: al paciente X, sus compañeros de penitencia, le violan con preguntas acerca de su patología, mientras la enfermera Ratched - precursora de semejante idea - observa y apunta. Como resultado, todos se sienten engañados, frustrados y asqueados, sabiendo que al día siguiente volverán a ser víctimas y verdugos de esta función.

Pero, ¿Se puede hacer extensible esta comparación a la realidad de cada día, fuera de las paredes de un manicomio? ¿Somos como gallinas buscando plumas ensangrentadas que picotear? Mi respuesta es rotunda, sí. Lo he visto más veces de las que me gustaría, y muchas menos con las que tendré que lidiar en el futuro.
Seguro que muchos de vosotros, si hacéis memoria, recordaréis uno o varios episodios en el que un compañero de trabajo, de universidad o, incluso, de un grupo grande de amigos, haya sido agredido por su condición de "débil", bajo la premisa - especialmente en lo relacionado con lo laboral y académico -: cuanto menor sea la competencia, mejor.
Una vez esa persona haya desaparecido del entorno por el que luchar, las gallinas buscarán otras plumas manchadas con el tinte escarlata de la fragilidad a las que atacar, atacar para convertirla en poco más que un despojo, un ser inerte. Y así sucesivamente: gallinas picoteándose unas otras por una ilusión, la ilusión de la sangre, de la enfermedad, de la debilidad, de lo sobrante. Una mancha que no es otra cosa que la conciencia aflorando por lo que se hizo a un semejante. 

En este gallinero llamado mundo, antes de atacar embriagados por la falsa sensación de superioridad que nos proporciona estar donde la mayoría, habría que parase a pensar en que los siguientes, tal vez, podríamos ser nosotros.


viernes, 18 de septiembre de 2015

El mundo según mis ojos

Aunque no me dedique a ello en cuerpo y alma, la verdad es que hacer fotos me encanta. Estoy deseando que llegue el momento para poder dedicarle más tiempo y aprender. Os dejo algunos de mis retratos.



 "En ajedrez, como en la vida, el adversario más peligroso es uno mismo" - Vasili Smyslov (Васи́лий Васи́льевич Смысло́в), ex campeón mundial de ajedrez.
"Dios hizo el gato para ofrecer al hombre el placer de acariciar un tigre" - Víctor Hugo.




 "La belleza no hace feliz al que la posee, sino a quien puede amarla y adorarla" - Hermann Hesse



"Cuando mi voz calle con mi muerte, mi corazón te seguirá hablando" - Rabindrantah Tagore (Filósofo y escritor indio)

"Fumar, fumar fumar. Solamente una pipa distingue al hombre de la bestia" - Honoré Daumier (ilustrador francés)







"El buen arquero no es juzgdo por sus flechas, sino por su puntería" Thomas Fuller.







Gracias a vosotros, por prestaros para mis experimentos.

Y si alguien tuviera ganas de pasar por el filtro de mi mirada estaría muy orgullosa, solamente tenéis que decirlo.
Espero que os guste esta entrada.